heteronimia, el poder

El poeta bien se sabe, fingidor de olores bien escritos y que
del poder son pocos los que se atreven y muchos los que simulan decir algunas cosas con palabras decoradas que ocultan verdaderas intenciones, ellos son los asquerosos que chorrean hipocresía por la boca.
La verdad, uufff.. palabra en papeles y sanitarios.. pienso a veces que solo en demencia se disfruta y aquel loco que delira al mirar aquella sublime puesta ultima de las cosas, se la guarda egoístamente y se regocija por dentro riéndose de los entupidos autómatas que somos, y claro que tiene razón!, ¿para que seguir pegado a las realidades mundanas, la cotidianeidad asquerosa y la rutina que apolilla tus entrañas? Entre ellos se halla el poder, un poder que hace poco e observado minuciosamente de la puerta numero diez del psiquiatrico Müller.
Se juntan ahí los locos a razonar las diferentes verdades, las escriben, las gritan, las vomitan sobre nosotros. Pero el hombre soberbio de sus razones jamás subversivo de sus reflexiones pierde el reloj y por ende la hora de cuando fue en aquellos tiempos participe de la verdad, si no me creen pregúntele a un niño, el sabrá constestar.
Ya bien explique lo que poseen los locos y como se mofan de aquellas sucias verdades, en donde 2 + 2 es siempre 4… JA!, que hipocresía la nuestra, que manera de abstraerse del mundo que tenemos, creemos saberlo todo, incluso la palabra se ve ensuciada. Para que decir la moral!, la culpa, la compasión, el “pecado” que ficticias palabras hemos inventado. Felicito al creador que aun sigue clavado!
Nos roe un gusano por la conciencia, nos come lo vivo que nos queda, dejando esa ética cosmopolita que por supositorio no han metido. En fin el loco sabe de lo que hablo, ya que con dolor saco al gusano de la ambivalencia y ahora vive libre del tiempo y de las cosas…. Por ahora me contento en este mundo letristico donde aun no llega el supositorio…




Jose Ernesto Marti

sábado, 10 de mayo de 2008

letristica


Me hallaba errando por la calle cuando de pronto una palabra tosca y soberbia se fugo de mis entrañas. Me era difícil entender aquella naturaleza superflua para la que pocos han entendido y el colegio, que si bien jamás se ha distinguido por ser un lugar para entender la letristica, nada pudo mi mente, más que tirar aquella palabra sin masticar. Desde ahí que me e dedicado a perseguir a las palabras. Los rincones oscuros y las sombras inertes de lo pasajero y lo fútil, poco han ayudado las caminatas interminables por la soledad de mis espacios, los ojos que decir, solo ofuscan los significantes dejando el significado que hace enterrar aquellas filosas palabras que terminan decorando algún papel gastado de conversar.
Hay que buscar en la separación misma de las cosas, es decir, antes de que la palabra se eleve y después de pensarla. Es ahí donde trabaja la letristica, en lo mecánico y lo aparente, entre la saliva y la gota, en aquel momento en donde el pensamiento queda suspendido y la inercia de lo inerte sobrelleva las acciones en un momento donde la mente naufraga en su propio tiempo y el cuerpo es libre de la fusión monstruosa de la vida y logra de una vez arrancar de la armonía, burlando los reflejos, creando al fin los opuestos que rigen finalmente el parto, pero es antes del parto donde tenemos que llegar, es la creación misma lo que anhelamos, eso que alguna vez vomitaron curas desnudos sobre una mesa ocultándonos el lugar donde aloja indudablemente la palabra, ese lugar donde no se come ni se mastica aquella mentira para que luego se caguen verdades sobre la boca.

Buscamos el terreno, pero solo hallamos un silencio dialogante.

¿y donde mas podría estar la palabra?




José Ernesto Marti

1 comentario:

vary dijo...

hay palabras que saben seducir a traves de sus apariencias.
...son aquellas que han aprendido a bailar.