
CABEZA
Tanta inocencia ha sido la nuestra entre paso y paso, que sangro lo que reparo y lo que huelo, y es que aun descansamos vivos sobre aquello que no sujetamos, ¿que fue de la libertad, si no un viento que levanto las faldas del callejón?.... te hablo a ti doméstica prostituta andrógena que caminas dormida ¿Por qué fue tan fácil sacarnos el peso del cuerpo?..... Sabiendo que matamos los espejismos por la mañana para terminar podridos sin consuelo. Erramos entre iguales cantando el mismo himnos que nos vio nacer, sólo que entre flores, cursilería y libros “la” hemos reinventado, “lo” hemos hecho cercano que ahora clava los huesos putrefactos de la vida....
José Ernesto