heteronimia, el poder

El poeta bien se sabe, fingidor de olores bien escritos y que
del poder son pocos los que se atreven y muchos los que simulan decir algunas cosas con palabras decoradas que ocultan verdaderas intenciones, ellos son los asquerosos que chorrean hipocresía por la boca.
La verdad, uufff.. palabra en papeles y sanitarios.. pienso a veces que solo en demencia se disfruta y aquel loco que delira al mirar aquella sublime puesta ultima de las cosas, se la guarda egoístamente y se regocija por dentro riéndose de los entupidos autómatas que somos, y claro que tiene razón!, ¿para que seguir pegado a las realidades mundanas, la cotidianeidad asquerosa y la rutina que apolilla tus entrañas? Entre ellos se halla el poder, un poder que hace poco e observado minuciosamente de la puerta numero diez del psiquiatrico Müller.
Se juntan ahí los locos a razonar las diferentes verdades, las escriben, las gritan, las vomitan sobre nosotros. Pero el hombre soberbio de sus razones jamás subversivo de sus reflexiones pierde el reloj y por ende la hora de cuando fue en aquellos tiempos participe de la verdad, si no me creen pregúntele a un niño, el sabrá constestar.
Ya bien explique lo que poseen los locos y como se mofan de aquellas sucias verdades, en donde 2 + 2 es siempre 4… JA!, que hipocresía la nuestra, que manera de abstraerse del mundo que tenemos, creemos saberlo todo, incluso la palabra se ve ensuciada. Para que decir la moral!, la culpa, la compasión, el “pecado” que ficticias palabras hemos inventado. Felicito al creador que aun sigue clavado!
Nos roe un gusano por la conciencia, nos come lo vivo que nos queda, dejando esa ética cosmopolita que por supositorio no han metido. En fin el loco sabe de lo que hablo, ya que con dolor saco al gusano de la ambivalencia y ahora vive libre del tiempo y de las cosas…. Por ahora me contento en este mundo letristico donde aun no llega el supositorio…




Jose Ernesto Marti

sábado, 7 de marzo de 2009

Cuerpo contra cuerpo (parte III)

¿Por qué lo que hacemos?

Tus ojos empiezan a empaparse en la idea de alcanzar aquello, y esperas… sin darte cuenta el deseo comienza a hundirse en las pupilas. Una sensación intensa de poder se hunde entre la piel. La cara poco a poco comienza a sudar las dudas, en sólo un momento ya se siente el hambre de poseer aquello que suele escapar entre los parpadeos. Las manos se vuelven armas que intentan avasallar lo ajeno. Pasan los segundos y bajo la piel te recorre esa excitante catarsis de miedo, que hace temblar el alma dejando al cuerpo libre y omnipotente. Ya no queda tiempo para consultar ¿está el hombre libre?..


Degollados una niña en el mar y un poco más allá un niño en el desierto. Ambos se pudren de letanía, cada uno por su lado, salvo las cabezas amontonadas en el principio. Vergüenza ha de darles por intentar seguir metiendo cabezas en el sepulcro, por seguir manoseando pelo tras pelo y dejar amontonado el pensamiento. Yo he de pensar con el vigor de mi sexo y la infinita Venus de tus piernas desoladas entre lo seco y lo húmedo, con el pecho y el ombligo sujetados en mis puños, con el codo y la rodilla en perfectos intervalos de letargos.
Aquello podrido se amontona a la intemperie entre huesos acariciados por el viento, abrazados por el agua, acogido en la tierra…

Hemos llegado cuerpo contra cuerpo!....
Jose Ernesto...

No hay comentarios: